¿Qué es la medicina defensiva?
La medicina defensiva es una práctica en la que los profesionales de la salud realizan acciones adicionales no necesariamente orientadas al beneficio del paciente, sino para protegerse de posibles denuncias por mala praxis. Este fenómeno, cada vez más común, implica una desviación de la práctica médica tradicional debido al temor de reclamaciones legales. Se trata de un enfoque precautorio que prioriza la protección legal del médico sobre la atención basada en la evidencia y el juicio clínico.
Impacto de la medicina defensiva
La medicina defensiva tiene profundas repercusiones tanto en el sistema de salud como en la relación entre médicos y pacientes:
Aumento de Costos
La realización de pruebas y procedimientos innecesarios incrementa significativamente los costos de la atención médica. Este uso ineficiente de recursos puede afectar la capacidad del sistema para atender a otros pacientes que realmente necesitan esos servicios. Además, los costos adicionales pueden ser especialmente gravosos en sistemas de salud públicos con recursos limitados.
Calidad de la Atención
Las decisiones médicas impulsadas por el temor legal en lugar de basarse en evidencia clínica pueden llevar a un sobrediagnóstico y sobretratamiento. Esto significa que los pacientes pueden someterse a pruebas y tratamientos que no necesitan, enfrentando complicaciones derivadas de procedimientos innecesarios. Por ejemplo, un paciente podría someterse a una cirugía invasiva para descartar una condición improbable, enfrentando riesgos evitables.
Confianza Médico-Paciente
La relación de confianza entre médicos y pacientes puede deteriorarse cuando los pacientes perciben que las decisiones clínicas están motivadas por la autodefensa legal del médico en lugar de su bienestar. Esta falta de confianza puede llevar a una menor adherencia a los tratamientos y a una comunicación menos abierta y efectiva, lo que en última instancia perjudica la calidad del cuidado y los resultados de salud.
Tipos de Medicina Defensiva
La medicina defensiva puede abordarse desde dos enfoques principales: positiva y negativa. Cada uno de estos enfoques representa diferentes estrategias que los médicos adoptan para protegerse de posibles litigios.
Medicina Defensiva Negativa
- Definición: Consiste en evitar a pacientes con condiciones complejas o procedimientos considerados de alto riesgo para reducir la probabilidad de enfrentar demandas legales. Esta práctica puede llevar a la desatención de pacientes que realmente necesitan intervención médica urgente.
- Ejemplos: Rechazar realizar una cirugía en un paciente con múltiples comorbilidades debido al alto riesgo de complicaciones, o evitar la atención de pacientes con condiciones complejas que requieren decisiones clínicas difíciles.
Medicina Defensiva Positiva
- Definición: Implica la realización de pruebas diagnósticas, tratamientos y procedimientos adicionales que no son necesariamente indicados clínicamente. El objetivo es descartar cualquier posibilidad de diagnóstico erróneo que podría llevar a una denuncia.
- Ejemplos: Pedir una resonancia magnética para un dolor de cabeza leve sin signos de alarma, realizar múltiples estudios de imagen para condiciones claramente diagnosticadas, o derivar a un paciente a otro especialista sin una indicación clara.
Medicina Defensiva en España
La medicina defensiva es una práctica ampliamente extendida en España. Estudios indican que entre un 80% y un 90% de los profesionales sanitarios han recurrido a este método en alguna ocasión. Este fenómeno no es exclusivo de España, ya que en otros países europeos como Italia y Reino Unido, un alto porcentaje de médicos también admiten haber adoptado prácticas defensivas. Los modelos de gestión sanitaria implementados y el entorno legal contribuyen a esta tendencia.
Causas de la Medicina Defensiva
La medicina defensiva surge de una combinación de factores que crean un entorno donde los médicos se sienten presionados a tomar decisiones clínicas no basadas en la evidencia, sino en la protección legal:
Entorno Legal y Judicial
En regiones donde las demandas por mala praxis son frecuentes y las indemnizaciones por errores médicos son elevadas, los médicos a menudo sienten la necesidad de protegerse legalmente mediante la adopción de prácticas defensivas. La percepción de un alto riesgo legal fomenta una cultura de precaución extrema.
Expectativas de los Pacientes
Las expectativas crecientes de los pacientes respecto a la perfección en la atención médica también impulsan la medicina defensiva. Los pacientes esperan diagnósticos y tratamientos sin margen de error, lo que ejerce una presión adicional sobre los médicos. Esta demanda de resultados perfectos, a menudo irrealista, obliga a los profesionales de la salud a tomar precauciones excesivas.
Falta de Protección Legal
La ausencia de sistemas legales robustos que ofrezcan una protección adecuada a los médicos frente a demandas injustificadas fomenta la medicina defensiva. Sin un respaldo legal suficiente, los médicos pueden sentirse vulnerables y desprotegidos ante posibles reclamaciones, llevándolos a adoptar medidas defensivas para evitar cualquier posibilidad de ser demandados.
¿Cómo suelen resolverse estas reclamaciones médicas?
La mayoría de las reclamaciones por mala praxis médica suelen resolverse a favor de los profesionales de la salud o de las instituciones sanitarias. Este bajo porcentaje de sentencias favorables para los demandantes puede explicarse por las altas expectativas de los pacientes, que a menudo no se alinean con la realidad de la práctica médica. En muchos casos, los procedimientos médicos seguidos cumplen con la Lex Artis Ad Hoc, es decir, los estándares profesionales adecuados a cada situación.
Conclusión
La medicina defensiva representa un desafío significativo para la práctica médica moderna, afectando tanto la calidad de la atención como la relación médico-paciente y los costos del sistema de salud. Abordar este fenómeno requiere un enfoque multifacético que incluya reformas legales, educación y apoyo a los profesionales de la salud, y un diálogo abierto entre médicos y pacientes para fomentar una mejor comprensión y expectativas realistas sobre la atención médica. Solo así se podrá asegurar que la práctica médica esté verdaderamente centrada en el bienestar del paciente y no en la protección legal del profesional.